lunes, 20 de marzo de 2017

Ni sufro ni padezco

Ni sufro ni padezco y nunca mejor dicho porque Albert ni sufre ni padece, simplemente tiene síndrome de down, un cromosoma de más. Pero ese cromosoma de más no es lo único y la sociedad debe aprender a ver más allá de esos ojos rasgados, debe aprender a no etiquetar, aprendamos a a diferenciar entre ser y tener. Mi hijo es Albert no un síndrome de down, mi hijo es muchas cosas pero no síndrome de down, me encantaría que la sociedad aprendiera a diferenciar entre ser y tener,sólo con esa pequeña diferencia todo cambiaría. Hace unos días les propuse a los compañeros de Albert que me ayudarán a grabar un vídeo para el día Mundial del síndrome de down, que grabaran un vídeo describiendo a Albert, como lo ven ellos, nadie mejor que ellos que conviven con él a diario, lo conocen desde pequeño y este fue el resultado:



Eligieron cada uno una palabra para definirlo y como habréis visto el síndrome de down no aparece por ningún lado así que si ellos son capaces de ver en Albert mucho más que una persona con un cromosoma de más el resto de la sociedad también puede. 

He de decir que hubo un compañero que no le hizo mucha gracia el que grabaran ese vídeo porque según él Albert no es diferente, simplemente es Albert y la verdad es que me gustó esa reacción porque es la evidencia de que él si es capaz de ver en Albert lo que es un compañero más.
                            100% ALBERT

sábado, 11 de marzo de 2017

Un sustillo con final feliz!!!

Una amiga al contárselo me dijo que era muy valiente y no es así soy una cagada pero al igual que Albert estamos en pleno proceso de aprendizaje y estamos dispuestos a que nuestros miedos no nos limiten, ¿Te apuntas a este reto? Te aseguro que vale la pena intentarlo el resultado es un pasito más hacía su independencia y pasito a pasito avanzamos esta historieta es un ejemplo:
Ayer como cada sábado Albert debía volver solo de su clase de teatro y a mi se me ocurrió la genial idea de ponerle "otra piedra en el camino" a ver  cómo reaccionaba y si sabría apañarselas solo. Cuando volviese a casa se iba a encontrar con que no habría nadie, yo no estaría en casa esperando, Blai y yo esta vez nos iríamos a comprar así que solo nos quedaba esperar a ver que pasaba. Mientras estaba comprando miré el teléfono más de mil veces pero​ nada ni un whassap ni una llamada . Volviendo con el coche a casa mis nervios iban en aumento y la angustia me desbordaba. "Quién me mandará a mí ser tan ....." no paraba de repetirme esa frasecita a mi misma y todo eso con cara de tranquilidad y sonrisa de oreja a oreja para que Blai no se diera cuenta. Al final después de esperar 15' eternosssss lo llamé y en cuanto oí su voz con tono de enfado diciéndome "¿ dónde estás porqué no me abres la puerta? toda esa angustia desapareció. Había llegado a casa y después de insistir con el timbre, casi hasta fundirlo, decidió sentarse y esperarse en la puerta jugando con su botella de agua tranquilamente. No es como yo hubiese querido que reaccionase, hubiese querido que me llamará, o se hubiese acercado a casa de su abuela pero bueno su reacción ante tal adversidad también fue buena y el mal rato que pasé valió la pena .
Seguimos aprendiendo, que nuestros miedos no los limiten.

Qué nuestros miedos no los limiten!!!!

Esta semana hemos tenido otro taller de cocina, Albert nos preparó para cenar una tortilla de patatas. Y esto no es ponerse a cocinar y ya está no esto es estar durante casi una hora en la cocina, móvil en mano, con los nervios a flor de piel, sufriendo en silencio pero sin de dejar que me lo note y a la vez sin dejar de animarlo y motivarlo.
Muchas veces nuestros miedos como padres limita a nuestros hijos, no somos conscientes,no lo hacemos queriendo, pero es ese miedo a que se hagan daño, a que sufran es el que nos hace sobreprotegerlos y es ahí donde la fastidiamos. 
Ayer mientras Albert cocinaba la  tortilla de patatas mis miedos afloraban por todos los lados y tuve que sacar fuerzas de donde no habían mientras el freía las patatas , debía de sujetar con una mano la sartén llena de aceite y con la otra sujetaba la paleta e intentaba sacar las patatas ya fritas y ponerlas en el bol. El miedo a que se quemara con el aceite me aterrorizaba pero poco a poco he aprendido a que mi miedo no le perjudique y para eso en mi cabeza me repito a mi misma una y otra vez : "tranquila no va a pasar nada y si pasa será otro fase de aprendizaje, lo máximo que puede pasar es una quemadura, pero yo misma me he quemado un montón de veces así que él no va a ser diferente"
Se que es más fácil decirlo que hacerlo, pero los padres debemos dejar a un lado nuestros miedos porque eso son NUESTROS NO SUYOS. Si ellos ven que confiamos es sus capacidades, notan nuestra tranquilidad (aunque sea solo en apariencia jjj) y los motivamos son capaces de TODO. Y estas fotos son una prueba de ello.


Qué nuestros miedos no los limiten !!!!!!!!